Lo mío con Mikel y Sandra fue cosa del destino… Cuando volvimos de hacer las fotos de su preboda, nos dimos cuenta de que éramos vecinos, portal con portal, y no nos habíamos dado cuenta. Podría decir muchísimas cosas de ellos, que son geniales, que son unos cachondos, que tienen unas niñas maravillosas y que lo pasamos estupendamente el día de su boda… uno de esos días que se pasan volando, entre foto y foto, sin que te des cuenta.
Podría contar que su boda estuvo cargada de emoción y de recuerdo, de alegría y buen rollo, de gente estupenda. Todo es verdad. Me hicieron sentir como en casa, como una invitada más. No me cansé de repetírselo una y otra vez durante el baile, antes de marcharme. Gracias, gracias y millones de gracias por hacerme partícipe de un día tan bonito y mágico como el de vuestra boda. No puedo pedir más que haber formado parte de él y haber sido la responsable de conservar vuestros recuerdos. Lo mejor será que hablen las fotos, seguro que yo me dejo algo.
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