Tiene algo único poder vivir unas fechas tan especiales con una cantinera, pero más aún si la cantinera de de tu propia compañía. Cuando Garbi, Alberto, Ander y Ianire me abrieron las puertas de su casa para compartir con ellos esos días, fue como echar atrás el tiempo y revivir de nuevo mi propia experiencia de hacía 6 años. La atmósfera en la casa de una cantinera no tiene igual: los nervios, la emoción, las ganas y la ilusión por lo que está por venir no tienen comparación.
En el caso de Ianire, como podréis ver en las fotos, aprovechó y exprimió cada minuto de su experiencia como cantinera, lo dio todo y disfrutó al máximo de cada uno de los momentos que tuvo la oportunidad de vivir, emocionada y feliz hasta reventar. Como no me quiero alargar mucho más y sabéis que prefiero que sean las fotos las que hablen por mí más que yo misma, os dejo con el reportaje que realicé entre los días 6 y 10 de septiembre de 2018.
Gracias, familia, por contar conmigo para preservar vuestros recuerdos y por haberme hecho sentir como una más de casa, ¡siempre os llevo en mi recuerdo y en mi corazón!