Vamos a empezar a recordar bodas bonitas que hemos vivido durante estos años tan difíciles, que nos han ido alegrando los sábados uno a uno y se merecen también su hueco en este blog. Estaba deseando poder enseñaros la boda de Nerea y de Iñigo, ya os enseñé su preboda que fue una pasada, y su boda no podía ser menos. Era además la primera vez que íbamos a bodear en un sitio como Abeletxe y lo cierto es que lo estábamos deseando.
Cuando llegamos a casa de los aitas de Nerea, ya estaban poniéndola a ella, su amatxo y su hermana, guapísimas las chicas de Udara e Indarbi, Iraia y Ainhoa, dos profesionales como la copa de un pino que nos lo pusieron facilísimo para trabajar y a las que esperamos no haber molestado demasiado. Nerea, como muchas novias de 2020, tuvo que posponer su boda a 2021, y estaba deseando ponerse su vestidazo de Rosa Clará, sólo había que ver su carita de ilusión cuando se lo vio puesto; poder ser testigos de momentos así, ¡no tiene precio! Remató su look de princesa con un ramo de flores precioso de Flowers & Co, y con unos zapatos muy bonitos de Miss Honolulu. No podía fallar.
De allí nos trasladamos a Errenteria, donde Iñigo iba a vestirse en compañía de su amoña que no podía ser más adorable, nos regaló unos momentos mágicos a lo largo de todo el día. Él se había puesto en manos de la Sastrería Aldabaldetreku, y eso siempre es un acierto seguro; se enfundó su traje que le quedaba como un guante y nos acompañó de vuelta a casa de los aitas de Nerea, justo al lado tendría lugar su first look, que fue también un momento inolvidable del día.
Cuando ya las sorpresas se habían desvelado, nos fuimos al Palacio de Miramar para su sesión de novios y, de allí, directos a Abeletxe donde les esperaba una ceremonia sin igual oficiada por un amigo de Iñigo, llena de detalles sobre ellos y de momentos de complicidad, sonrisas y lágrimas, con ritual de las velas incluído para sellar la unión de Iñigo y Nerea. En el aire había ganas e ilusión por los novios y se transmitía en cada gesto que los invitados tenían hacia ellos.
Tras el banquete, corte de tarta y regalitos, de nuestros momentos favoritos, llenos de caras de emoción y de abrazos sinceros de cariño.
Sólo nos queda agradecer a Nerea y a Iñigo la confianza depositada en nosotros, fue un gustazo poder ser testigos de un día tan especial para ellos y siempre los llevaremos en nuestro corazón. Eskerrik asko bikote!